El barranquillero Ramiro Sucre Ramos recibió la Orden del Congreso de la República en el Grado de Caballero
El empresario barranquillero Ramiro Sucre Ramos, CEO de Autoluxury, fue distinguido con la Orden del Congreso de la República en el Grado de Caballero, un homenaje a su visión empresarial y a la pasión que lo llevó a convertirse en referente de la industria automotriz de lujo en Colombia.
La joya fue entregada en la sede de Autoluxury en Barranquilla por los senadores José Luis Pérez y Antonio Zabaraín.
Su historia está ligada a los automóviles desde la infancia. Hijo menor de cinco hermanos, creció en un hogar donde los carros eran parte del día a día gracias a su padre, quien en los años 70 y 80 importaba vehículos desde Venezuela y Estados Unidos. Ramiro encontraba felicidad en tareas sencillas como lavar y alistar carros, porque ese contacto con los vehículos despertó en él un amor profundo por el mundo automotor.
Ramiro Sucre aprendió mecánica desde la infancia en talleres de barrio junto a un amigo que hoy es su jefe de talleres. Su experiencia está ligada al comercio e importaciones y eso, unido a lo que observaba en su padre, forjó en Ramiro la determinación de cumplir un sueño: tener su propio concesionario.
Se materializó en 2005 con la creación de Autoluxury, un proyecto que transformó la importación de autos de lujo en una experiencia confiable, segura y respaldada. Bajo su liderazgo, la empresa no solo se dedicó a traer vehículos de alta gama, sino que creó un ecosistema de servicios: talleres especializados, importación de repuestos, legalización y matrícula de carros, ofreciendo a cada cliente tranquilidad y confianza.
Para Sucre Ramos, el éxito no ha sido solo empresarial, sino también humano. “Lo principal ha sido siempre el respeto a Dios, a la familia y a los valores que dan confianza a quienes creen en nuestro trabajo. Un negocio solo crece cuando está cimentado en la seriedad y en principios sólidos”, afirma.
Hoy, tras dos décadas de trayectoria, el país reconoce en Ramiro Sucre Ramos no solo a un empresario visionario, sino a un hombre que convirtió la pasión de un niño en una empresa que ha dejado huella en la industria automotriz colombiana.
Los grandes concesionarios de lujo en el mundo situados en China y Dubai inspiraron la sede de Autoluxury, ubicada en Barranquilla, un espacio con diseño industrial con torres de cuatro niveles, en las que posan los últimos modelos de los autos más apetecidos en el país. El sitio está dotado de elementos que han llevado sus amigos y clientes, que también son sus amigos, para enriquecer la ambientación, que la hacen íntima y familiar.
La Orden del Congreso en el Grado de Caballero simboliza ese recorrido inspirador: el de un barranquillero que, con esfuerzo, disciplina y amor por los carros, logró transformar un sueño en legado.