Por Patricia Escobar
Yo estaba ahí, a pocos metros, pero no vi el instante que más escándalo ha generado en los últimos años en el marco del Festival de la Leyenda Vallenata: el “pico” que se dieron Poncho Zuleta y Silvestre Dangond. Y no lo vi porque estaba en la parte de atrás de la tarima tratando de convencer a los amigos de Poncho para que se lo llevaran a su casa, y a Emiliano para que pasara por alto el hecho de que su hermano, bastante tomado, se empeñara en cantar a dúo, el tema “Materialista”.
Como periodista no creo que el hecho diera para tanto. Tampoco juzgo. Obvio, había que reseñarlo, porque es un hecho nada común en el marco de ese gran evento, y porque los protagonistas son personajes públicos que representan al vallenato tradicional y al vallenato de hoy. Pero dedicarle horas valiosos de la televisión y la radio, y páginas en los impresos, me parece exagerado. Para esos están las redes, donde los no profesionales de la comunicación puedes explayarse lo que quieran, sin la objetividad y la rigurosidad que debe mostrar un profesional de las comunicaciones.
Sobre el hecho mismo del beso, y superando lo que es periodístico, hay mucha tela que cortar. Lo primero que habría que decir es que, en un ambiente machista como el de la región donde el vallenato es rey, los besos entre hombres no son comunes, como sí lo son en Europa, y hasta en Argentina, y mucho menos si el beso es en la boca. Pero como en todo, allí también hay excepciones. Yo he visto a más de un hombre saludar de beso a alguno de sus congéneres. Y hay videos que demuestran que no es la primera vez que Poncho lo hace. Lo ha hecho con colegas a los que nunca se les ha cuestionado “su hombría” como con Diomedes y Jorge Oñate.
Lo segundo que habría que señalar es que “los enemigos” de Silvestre, no miraron con objetividad lo sucedido, y lo acusaron a él, de ser “el promotor”, cuando la verdad es que Poncho, desde que terminó su actuación junto a su hermano Emiliano, estaba con más tragos de la cuenta e insistiendo en ir al frente de la tarima a hacer el show. Y él, fue el que lo propuso y el que lo dio. Bien lo dijo Carlos Vives. “Eso fue parte del show y unos traguitos de más”.
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