La gente aprende de lo que ve de los mayores, y en el folclor, éste se perpetua gracias a que el conocimiento pasa de padre a hijo por generaciones creando las dinastías, término que al parecer se acuñó hace menos de 50 años.
Las dinastías son importantes, significativas y con el homenaje de la Fundación Festival Vallenato a los hermanos Zuleta, de alguna manera se hace un nuevo homenaje a las dinastías. Ya se había hecho unos años atrás con los Hermanos López.
El término dinastía se refiere a las familias musicales que, por generaciones, han forjado una historia relevante en el folclor y no exclusivo de quienes interpretan el acordeón. En el Vallenato hay dinastías de cantantes, bajistas, cajeros, guacharaqueros, coristas y hasta compositores, además de las tradicionales de acordeoneros.
Algunas de las más reconocidas son la de Los López, versátil y numerosa. De ella hacen parte Juan Bautista, Pablo Rafael, Miguel, Eberto, Álvaro y Navín; la de Los Zuleta: Emilianito, Poncho, Emiliano, Fabio, Héctor, Mario, Iván, Héctor Arturo; la de Los Romero: Escolástico, Israel, Norberto, Rafael, Misael, Limedes y José Fernando; la de Los Granados: Ovidio, Hugo, Juan José, y la de Los Maestre: Tomás Camilo, Orangel, Gabriel, Heine y ‘Panguito’.
Pero la lista es larga y en ella también se pueden ubicar a los Bolaño: Hildemaro, Jesualdo, ‘Chico’; los Rivera: Harold, Pacho; los Rada: Beto y Pacho, los Ovalle (Chiche y José, entre otros; los Torres: Camilo, el ‘Mañe’, el ‘Chiche’; los Cuadrado: Egidio, Heber y José; los Celedón: Daniel, Jorgito, Isaías, Pedro Luís y Alfonso; Los Morales: Francisco, Juvenal y Rafael; los Daza: Rafael Enrique, Rudesindo y Tomasito; los Amaya: Amador y Antonio; los Celedón: Daniel y Jorge; los Murgas: José Alberto ‘Beto’, Evi y Enrique; los Bolaños (Jesualdo y sus hermanos); los Ovalle (Chiche, El More y Fabio).
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