Por Adlai Stevenson Samper
Rubén Blades Salsa Big Band
Dentro del amplio espectro de formatos por los que ha discurrido la carrera musical del panameño Rubén Blades, es la primera vez que se refiere al uso de este formato con un propósito especifico en torno a la salsa.
Nada extraño, pues este tipo de agrupaciones surgidas dentro de las llamadas jazz band de la era del swing se encuentran en un proceso de resurgimiento, ante la gama de sonidos y arreglos que pueden proponerse a partir del formato, en el caso de Blades usando la orquesta que lo acompaña hace 8 años, la del también panameño bajista Roberto Delgado.
Aunque como dice Blades tiene más pasado que futuro, el concepto del disco presenta a un cantante con plena aptitud hacia la experimentación, hecho que reafirma anunciando sus próximos trabajos: uno con el grupo vocal femenino Boca Libre y otro en son cubano de su alter ego Medoro Madera.
La belleza de este disco de Salsa Big Band es que pese a programar en gran parte covers, como el melancólico son montuno El pasado no perdona, en la orquesta de Willie Colón o Arayue, península mágica, de la orquesta de Ray Barreto, el impacto del sonido “duro” de esta banda panameña y la voz inconfundible de Blades permiten una audiencia ritual de todos los temas del disco.
No hay segmento malo o flojo. El disco, al igual que las últimas producciones de Blades, (Canciones del Subdesarrollo y Son de Panamá, ganador de dos Grammy) se hizo fuera de los canales tradicionales de la industria disquera, con venta en sitios digitales y en página web.
Sabiduría | Eddie Palmieri
La vasta experiencia, sabiduría, de este pianista de jazz y salsa neoyorkino se encuentra plenamente volcada en este álbum. Un Palmieri juvenil y experimentador, sin miedos a la hora de abordar géneros como el funk, el soul, el son montuno, el jazz con una columna central sobre los cuales se sostiene el proyecto: su piano.
Los seguidores de este músico encontrarán este trabajo discográfico los usuales guiños y tics estilísticos de Palmieri que, lejos de constituir una referencia de uso reiterado, funcionan exactamente todo lo contrario: reiteran sobre la excelsa calidad del músico y su sorprendente vitalidad a sus 80 años con una carrera dilatada y exitosa de más de 60 años.
La música contenida en Sabiduría bien puede etiquetarse bajo la denominación de jazz latino. O jazz a secas. Me quedo con la segunda por muchas razones, entre ellas que algunas piezas desbordan totalmente el concepto escueto de “latino”, con lo que quiera que signifique.
El tema Cuerdas y tumbao recuerda los mejores momentos del desaparecido grupo Bongologic con los acentos de estilo que marca Palmieri. La esplendorosa técnica pianística desplegada en Sabiduría, el intimista -y autobiográfico- Life, en donde los sonidos guturales de la voz de Palmieri dan fe de la angustia existencial por lo vivido y la inminencia de la muerte lo que motiva a creer que acaso este disco sea una especie de legado sobre las posibilidades experimentadoras intactas del pianista en este momento de su vida, más allá de los procesos legales que han impedido la circulación del publicitado álbum de salsa El sol del Caribe.
En cuestión de apreciaciones sobre gustos personales me pareció fresco, incitador, bailable y altaneramente agresivo el tema The Uprising con su parte vocal en rap antillano, casi Calipso y sus arreglos corales. Participan en el proyecto músicos del talante Donald Harrison, Alfredo de la Fe, Johnny Rivero, Ronnie Cuber, Donaldo Spinoza y Marcus Miller.
Recomendado a los Palmierofilos y en general a todos los que les suena la buena música.
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